sábado, 17 de marzo de 2012

Diario en forma de haiku (07.03.12-12:40)

-

A la sombra,
la única paloma blanca
abre las alas.

Gog

-

3 comentarios:

  1. Cuando comencé a estudiar el haiku sentí que era la forma más artificial de poesía en nuestro idioma...que imitarla en español, conociendo su origen, desarrollo, estructura, sensibilidad, era lo más alejado de la identidad de un poema en español. Yo era muy joven, me molestaba el haiku casi como si se posara en mí una mosca en la nariz. Mucho mucho mucho tiempo ha pasado. Una cosa lleva a otra y a la otra y he tenido que volver al haiku, paradójicamente, a través del estudio de poesía de la India. No quería leer nada intelectual que ya no hubiese leído porque no era por ahí donde debí intentar una vez más acercarme a esta forma. Le conté a mi hija quien también conoce japonés y dice odiar el haiku. Me preguntó, por qué a unos los atrapa inmediatamente y a otros nos aleja. A través de tus videos en youtube, volví al tema con la ayuda de un hijo de un amigo, que está enseñando haiku y poesía sufi. Y como tengo ya algunos años y he entrado a la estación de otoño, he pensado que el haiku, pues, en mi caso ha llegado porque mi velocidad y mi ritmo, mi percepción de muchas cosas es de carácter minimalista. No es necesariamente que haya madurado sino que mi sensibilidad de ahora es muy diferente, a tal grado que me obligo a escribir corto. Entonces, gracias por tu paciencia leyendo mi comentario. Debías saberlo porque formas parte de esta revelación y placer. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Caramba, nadie se había "estirado" tanto en mi blog. Te doy las gracias. Gracias también por hacerme sentir que formo parte de algo, cuando todo alrededor ha ido cayendo. En mi caso, el haiku es el resultado de un proceso de enmudecimiento irreparable. Comencé escribiendo una novela a mis 14 años, luego relatos, cuentos cortos, poemas, poemas breves, cada vez más breves, haiku. La siguiente estrofa es el silencio. Muchas gracias, Madeline.

      Eliminar
  2. De Nada Genaro. Un novelista colombiano que conozco y ahora es uno de los grandes novelistas de su país, Tomás González, no habla casi. Hace yoga y meditación. Su prosa y estilo es como su persona. En eso pensé cuando hablaste de proceso de enmudecimiento. Un gran abrazo.

    ResponderEliminar